PARO
NACIONAL DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA del 13 al 18 de ABRIL convocado por CONADU
Histórica y al que adhieren gremios afiliados a otras federaciones
Por la defensa de nuestro salario
Los docentes
universitarios iniciamos otro año encarando un plan de lucha en defensa de
nuestros salarios, contra el trabajo gratuito y el fin de la precariedad
laboral, entre otros reclamos. La persistencia año tras año de las mismas
demandas muestra hasta qué punto las conquistas parciales de la última década
-producto de la lucha colectiva- no han revertido estructuralmente la situación
de la Universidad y la de sus trabajadores. Resulta especialmente grave que el
funcionamiento de la Universidad siga descansando sobre miles de docentes que
trabajan sin salario y bajo las más variadas formas de precariedad e
inestabilidad laboral, cuestiones que directamente han desaparecido de las
mesas de negociación a pesar de nuestros planteos, y que impactan en la calidad
académica y en los modos de articulación con los distintos sectores sociales.
Si consideramos la
situación estrictamente salarial, encontramos que luego de la recuperación del salario lograda a partir del año 2005, desde
2009 se produjo un estancamiento visible, seguido por un retroceso en los
últimos dos años. La inflación se ha convertido en un mecanismo de ajuste
sobre nuestros salarios -gradual, pero ajuste al fin.
El cuadro que
presentamos abajo muestra la evolución del salario real anual promedio, que
surge de analizar el salario bruto anual nominal promedio para un ayudante de
primera con dedicación semi exclusiva con 5 años de antigüedad (cargo de
referencia) y la inflación anual promedio calculada por CIFRA, el instituto de
estudios de la CTA Oficialista. Allí se observa, más allá de las variaciones,
un cuasi estancamiento desde 2009 que culmina el año pasado con una caída del
salario real a niveles levemente inferiores a 2008. Si consideramos el índice
de CIFRA la caída durante 2014 habría
sido de 8,7%, si utilizamos los índices de CABA y de San Luis habría sido de un 9,6% o de un 12,4% respectivamente.
Pero el acuerdo salarial es hasta
junio de 2015, y mes a mes se acrecienta dicho retroceso. El hecho de que
los niveles salariales de 2008/2009 (según la medición que se tome) se hayan
convertido en un techo y, lo pronunciado de las caídas en los momentos de
ofensiva contra el salario, señalan que no se trata de un fenómeno coyuntural y
que se necesitan medidas contundentes para enfrentarlo.
En este contexto,
muchos compañeros nos plantean que desarrollar un plan de lucha en la situación
política actual significa fortalecer a la oposición de derecha. Sin embargo, ir
al paro no sólo es una necesidad urgente sino hacia adelante, ya que legitimar (por
las razones que fueran) la lógica de ajuste gradual significa abrir paso a las políticas de shock que
vendrán, si no luchamos, de la mano del próximo gobierno -Macri y Massa ya lo
han planteado explícita o implícitamente, mientras que Scioli ha hecho del
equilibrio fiscal un eje de su campaña.
Por todas estas
razones, la semana del 13 al 17 de abril los docentes de la UBA y del resto de
las universidades nacionales vamos al paro.
Por la inmediata aplicación obligatoria y sin reservas del Convenio
Colectivo de Trabajo
El 1 de
abril se cumplió un año de la firma
del primer Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) para la docencia universitaria y
pre-universitaria, pero aún no ha entrado en vigencia.
La comisión
paritaria que discutió durante tres años y que finalmente llegó al acuerdo,
estuvo integrada por las federaciones universitarias, el Consejo
Interuniversitario Nacional y el Ministerio de Educación. Luego de dicho
acuerdo la mayor parte de las autoridades universitarias presentaron “reservas”
frente aquellos artículos que interpretaban contarios a sus respectivos
estatutos. Ante esta situación, el Ministerio de Trabajo de la Nación aún sigue
dilatando su homologación.
La situación de la UBA es aún peor dado que la misma se retiró de la negociación, por lo tanto desconoce
en su totalidad el convenio acordado.
La entrada
en vigencia del CCT único (para docentes universitarios y
preuniversitarios) y de aplicación obligatoria (sin reservas) para todas las Universidades Nacionales, constituye
el eje estructural alrededor del cual se articula la posibilidad de combatir
las distintas modalidades de precariedad laboral que sufre la docencia
universitaria y preuniversitaria de todo el país.
Dado que
es resultado de un proceso de negociación paritaria, el texto aprobado no es
ideal, no obstante, contiene avances significativos en materia de derechos
laborales: establece reaseguros frente al trabajo gratuito y al despido de los
docentes interinos con antigüedad igual o mayor a 5 años, establece un régimen
de licencias, y consagra los derechos a la estabilidad laboral, a la carrera
docente, al perfeccionamiento gratuito, al medioambiente de trabajo sano
orientado a la prevención de accidentes y enfermedades laborales. También se
jerarquizan los adicionales por títulos, zona desfavorable, riesgo laboral y
dedicación excluyente voluntaria. Asimismo, establece un marco para la
definición en cada Universidad de la relación docente/alumno, las dedicaciones adecuadas
al tipo de función, las actividades en función del cargo y la categoría y, la
regulación y control de las condiciones de medioambiente de trabajo.
Por este
motivo, hoy más que nunca, el paro se sustenta en este reclamo histórico, y que
las propias autoridades universitarias y gubernamentales han legitimado con su
firma. La resolución de la encrucijada está al alcance de
la mano, basta con revisar los tratados internacionales en el marco de la OIT,
la Constitución Nacional y la legislación nacional: los Convenios Colectivos de Trabajo, sin ningún lugar a dudas, son de aplicación obligatoria y no admiten
interpretaciones o reservas por parte de los empleadores.
De este
modo, el paro a nivel nacional constituye una herramienta para fortalecer nuestro
reclamo frente a las autoridades de la UBA, quienes se negaron a participar del
proceso de negociación paritaria y a firmar el CCT con el fin de perpetuar la
precariedad laboral e intensificar las arbitrariedades a través de las que
“gestionan” la Universidad.
La contundencia del
paro del 13 al 18 de abril será nuestra
principal herramienta para lograr la materialización de las conquistas
alcanzadas.
PARO
NACIONAL DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA del 13 al 18 de abril convocado por CONADU
Histórica y al que adhieren gremios afiliados a otras federaciones.