Por la participación, la pluralidad y la democracia gremial
Docentes por el Cambio
Nuestra realidad actual
Del 11 al 15 de Junio próximo se celebrarán las
elecciones de la Asociación Gremial Docente de la UBA para Mesa Ejecutiva y
comisiones directivas de las distintas facultades.
Estas elecciones se dan en un marco muy particular.
Por un lado, por primera vez está abierta la discusión de un Convenio Colectivo
de Trabajo para el conjunto de la docencia universitaria a nivel nacional. Con
todas las dificultades que aparecen en las discusiones con el CIN y el
Ministerio de Educación, este no deja de ser un paso adelante que ya ha
plasmado capítulos positivos como el referido a las licencias. Al mismo tiempo
desde año 2005 hemos logrado una recomposición salarial de todas las categorías
y algunos pequeños avances en las regularizaciones y la situación de los
llamados “ad-honorem”. Sin embargo, desde el año pasado estos avances se han
estancado e incluso parecen revertirse: en los últimos años el salario real de
las categorías más bajas tendió a estabilizarse en niveles pobres; luego de la
implementación del PREDAH no hubo nuevos avances en la regularización salarial
de los/as docentes que trabajamos gratis, ; y mientras tanto la UBA insiste con
la resolución 2067 del Consejo Superior que viola de manera abierta la Ley
jubilatoria en lo relativo al derecho a opción, pretendiendo cesantear de hecho
a cientos de compañeros/as docentes próximos a los 65 años de edad. Finalmente, el
cierre de la última paritaria, con un acuerdo consistente en un aumento del
20.5% no acumulativo y en tres cuotas supone una pérdida
del poder adquisitivo de nuestros salarios.
Esta situación coyuntural reposa sobre una
condición estructural que los/as docentes padecemos cotidianamente en nuestros
espacios de trabajo y que reconoce sus causas en una restricción presupuestaria
persistente y en una estructura universitaria antidemocrática y estamental. La precariedad en nuestras condiciones de
trabajo y la falta de estabilidad son la nota distintiva para miles de
docentes: trabajo gratuito, salarios que no corresponden a las tareas
desempeñadas, condiciones edilicias
precarias, posibilidad de pérdida del empleo sin ningún tipo de indemnización,
dificultades para acceder a instancias de formación y perfeccionamiento
gratuitas son sólo algunas de las dificultades persistentes que deben ser
problematizadas y enfrentadas.
A esto podemos sumar que la mayoría de nosotros/as
no tenemos participación alguna en la definición de los planes de estudios y
los contenidos curriculares, ni en la orientación de los estudios de grado y
posgrado en cada una de nuestras facultades. Incluso nuestra propia
representación en el co-gobierno es poco significativa para la mayoría de
los/as docentes, diluidos en algunos casos en un claustro de graduados que
oculta nuestro verdadero rol en la universidad, el cual sería correctamente
expresado con la existencia de un claustro único docente. De igual manera son escasos
los ámbitos de intercambio y debate para el diálogo entre nuestras diversas
producciones académicas, promoviéndose, por el contrario, desde las jerarquías
universitarias y otras instancias como el CONICET, una lógica productivista,
fragmentaria e individualista, a la sazón un verdadero taylorismo
académico. Estas cuestiones también deben ser puestas en el eje de la práctica
gremial, ya que hacen nada menos que a nuestras propias condiciones de trabajo,
es decir de producción y circulación de conocimiento.
La AGD necesita un cambio
Describir estos problemas puede resultar banal:
todos/as los conocemos y sufrimos cotidianamente. Denunciarlos y declamar en su
contra resulta evidentemente insuficiente para modificar la realidad. Desde Docentes por el Cambio entendemos que esta situación sólo puede superarse mediante la participación activa del conjunto de
los y las docentes. Modificar situaciones estructurales supone la necesidad de
construir una relación de fuerzas favorable para la conquista de nuestras
reivindicaciones, mediante el debate democrático y plural, la participación, el
compromiso colectivo, la formulación de propuestas alternativas y, por
supuesto, la lucha más unitaria posible.
Estamos convencidos de que la construcción de un
sindicato independiente de las gestiones universitarias y de cualquier gobierno
o partido político es el punto de partida imprescindible para trabajar en pos
de esa transformación. Por eso apostamos al fortalecimiento de la AGD-UBA y
CONADU Histórica como herramientas gremiales legitimas para la lucha por
nuestros derechos. Pero ese fortalecimiento sólo puede darse si tenemos
capacidad de contener y poner en diálogo las distintas corrientes y orientaciones políticas de los docentes de la
UBA; si día a día más y más compañeros/as sienten como propia la gremial y no
como el instrumento de tal o cual organización política; si somos capaces de
intervenir gremialmente en un conjunto de problemáticas político-académicas
fundamentales para nuestro trabajo y que no se agotan en el salario o el
aumento de presupuesto. Entendemos que la actual conducción muestra serías
deficiencias (o escasa voluntad política) de avanzar en estas tareas, para nada
sencillas claro está. Es por eso que vemos necesario un cambio y que a partir del
diálogo con muchos/as compañeros y compañeras entendemos que ese cambio hoy es
posible. Vamos por una AGD más plural, más participativa, vamos por más
democracia sindical. Vamos con Docentes por el Cambio.
Algunas propuestas
Les acercamos algunas de nuestras propuestas para el debate:
- Campaña por la regularización salarial. Ni
trabajar gratis, ni cobrar menos de lo que nos corresponde.
Muchos/as
compañeros/as se ven obligados a trabajar por años sin percibir salario y sin
tener claridad sobre los plazos, términos y condiciones en los que recibirán
sus remuneraciones; otros/as que tienen la posibilidad de acceder a un salario, muchas veces cobran menos de lo que corresponde a sus cargos y dedicaciones. Lo anterior se da en un marco en el que se supone que los docentes debemos realizar investigación, pero en el que la carencia
de dedicaciones exclusivas y semiexclusivas y la ausencia de recursos elementales hacen que en la práctica esto no pueda
garantizarse. Desde el gobierno nacional y las autoridades universitarias esta
vergonzosa situación de miles de personas trabajando de manera gratuita ha sido
completamente naturalizada. Desde la mayoría de nuestras propias gremiales la
lucha por el salario adecuado a nuestras funciones no viene siendo un eje central
en los últimos años. Los Docentes por el Cambio, tomando el
ejemplo de la AGD-FFyL conducida por la Lista Violeta, proponemos el
lanzamiento de una campaña en toda la UBA por la regularización salarial hasta
terminar con el trabajo gratuito en nuestra universidad. En ese marco
planteamos también la exigencia inmediata a las autoridades universitarias de
ART y obra social para todos/as los/as
compañeros y compañeras.
- Docencia: Ingreso y permanencia
Otro de los aspectos que hacen a la precariedad
docente es la falta de reglas claras para el acceso y permanencia en nuestros
trabajos y la gran inestabilidad que esto supone. Necesitamos discutir con una
amplia convocatoria los reglamentos para el ingreso, la permanencia y la
promoción en el marco de una auténtica carrera docente (atendiendo a las particularidades de cada unidad
académica y reconociendo el peso que hoy tiene la condición de docente interino). La situación
actual está plagada de arbitrariedades y se presta a la más completa discrecionalidad
por parte de las autoridades y de quienes dirigen las cátedras. Los concursos,
único instrumento contemplado en el Estatuto de la UBA, resultan cuanto menos
insuficientes para atender esta situación. En primer lugar porque los mismos no
se realizan o se realizan en condiciones propicias para los favoritismos
políticos y las manipulaciones. Para evitar estas arbitrariedades, proponemos
mecanismos de participación activa de un claustro único docente en una elección
más democrática de jurados y la existencia de veedores gremiales. En segundo
lugar, porque el concurso puede ser una instancia idónea para el ingreso pero
no necesariamente es la única ni la más adecuada para la permanencia y
promoción. Las grandes trabas que el CIN pone a la discusión de estas
cuestiones en el marco de la paritaria docente nacional son un indicador de la
magnitud de la movilización que debemos generar para lograr avances en este
plano. Proponemos impulsar el debate en todas las unidades académicas para
formular una propuesta con el más amplio consenso posible que atienda a los
criterios de equidad en el acceso, formación y capacitación, estabilidad
laboral y posibilidades de desarrollo de carrera, y calidad en la enseñanza y
producción de conocimiento.
- Transparencia y debate democrático en la
asignación de recursos.
Está claro que nuestra universidad sufre un
desfinanciamiento estructural, que no ha sido revertido por el actual gobierno y que el rectorado gestiona el escaso presupuesto
de manera clientelar y mercantilista: se premia a los decanos amigos y se
aprovecha la escasez del financiamiento estatal para promover la entrada de
capitales privados. Junto con el reclamo por mayor presupuesto debemos exigir
un debate amplio y democrático para una asignación transparente de los
recursos. No es posible que cuando en
una facultad aparecen algunos pocos recursos para nuevos salarios precarios no
haya criterios de asignación claros y estos se distribuyan de manera arbitraria
por parte de las autoridades. En este punto también apoyamos y proponemos
retomar el planteo de la CD de AGD – FFyL.
- Por un gremio que promueva el debate político y
académico.
Venimos sosteniendo desde hace tiempo que una
intervención gremial integral debe contemplar los aspectos académicos e
ideológicos que son esenciales en nuestras condiciones de trabajo. Esto supone
una gama de iniciativas que va desde la intervención en las discusiones
respecto de las reformas de los planes de estudios, pasando por la promoción de
instancias de debate e intercambio político y académico entre pares, hasta la
edición de materiales bibliográficos. En este último sentido nos parece que un
gran aporte sería la edición de una revista de debate teórico y académicos
sobre diversas problemáticas universitarias y extra-universitarias impulsada
por la AGD-UBA. Esta publicación no buscaría reemplazar la edición del
periódico gremial sino, muy por el contrario, estaría pensada como un
dispositivo complementario que contribuya a profundizar el debate.
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