martes, 22 de mayo de 2012

11 al 15 de junio - Elecciones en AGD



Por la participación, la pluralidad y la democracia gremial
Docentes por el Cambio

Nuestra realidad actual
Del 11 al 15 de Junio próximo se celebrarán las elecciones de la Asociación Gremial Docente de la UBA para Mesa Ejecutiva y comisiones directivas de las distintas facultades.
Estas elecciones se dan en un marco muy particular. Por un lado, por primera vez está abierta la discusión de un Convenio Colectivo de Trabajo para el conjunto de la docencia universitaria a nivel nacional. Con todas las dificultades que aparecen en las discusiones con el CIN y el Ministerio de Educación, este no deja de ser un paso adelante que ya ha plasmado capítulos positivos como el referido a las licencias. Al mismo tiempo desde año 2005 hemos logrado una recomposición salarial de todas las categorías y algunos pequeños avances en las regularizaciones y la situación de los llamados “ad-honorem”. Sin embargo, desde el año pasado estos avances se han estancado e incluso parecen revertirse: en los últimos años el salario real de las categorías más bajas tendió a estabilizarse en niveles pobres; luego de la implementación del PREDAH no hubo nuevos avances en la regularización salarial de los/as docentes que trabajamos gratis, ; y mientras tanto la UBA insiste con la resolución 2067 del Consejo Superior que viola de manera abierta la Ley jubilatoria en lo relativo al derecho a opción, pretendiendo cesantear de hecho a cientos de compañeros/as docentes próximos a los 65 años de edad. Finalmente, el cierre de la última paritaria, con un acuerdo consistente en un aumento del 20.5% no acumulativo y en tres cuotas supone una pérdida del poder adquisitivo de nuestros salarios.
Esta situación coyuntural reposa sobre una condición estructural que los/as docentes padecemos cotidianamente en nuestros espacios de trabajo y que reconoce sus causas en una restricción presupuestaria persistente y en una estructura universitaria antidemocrática y estamental. La precariedad en nuestras condiciones de trabajo y la falta de estabilidad son la nota distintiva para miles de docentes: trabajo gratuito, salarios que no corresponden a las tareas desempeñadas,  condiciones edilicias precarias, posibilidad de pérdida del empleo sin ningún tipo de indemnización, dificultades para acceder a instancias de formación y perfeccionamiento gratuitas son sólo algunas de las dificultades persistentes que deben ser problematizadas y enfrentadas.
A esto podemos sumar que la mayoría de nosotros/as no tenemos participación alguna en la definición de los planes de estudios y los contenidos curriculares, ni en la orientación de los estudios de grado y posgrado en cada una de nuestras facultades. Incluso nuestra propia representación en el co-gobierno es poco significativa para la mayoría de los/as docentes, diluidos en algunos casos en un claustro de graduados que oculta nuestro verdadero rol en la universidad, el cual sería correctamente expresado con la existencia de un claustro único docente. De igual manera son escasos los ámbitos de intercambio y debate para el diálogo entre nuestras diversas producciones académicas, promoviéndose, por el contrario, desde las jerarquías universitarias y otras instancias como el CONICET, una lógica productivista, fragmentaria e individualista, a la sazón un verdadero taylorismo académico. Estas cuestiones también deben ser puestas en el eje de la práctica gremial, ya que hacen nada menos que a nuestras propias condiciones de trabajo, es decir de producción y circulación de conocimiento.

La AGD necesita un cambio    
Describir estos problemas puede resultar banal: todos/as los conocemos y sufrimos cotidianamente. Denunciarlos y declamar en su contra resulta evidentemente insuficiente para modificar la realidad. Desde Docentes por el Cambio entendemos que esta situación sólo puede superarse mediante la participación activa del conjunto de los y las docentes. Modificar situaciones estructurales supone la necesidad de construir una relación de fuerzas favorable para la conquista de nuestras reivindicaciones, mediante el debate democrático y plural, la participación, el compromiso colectivo, la formulación de propuestas alternativas y, por supuesto, la lucha más unitaria posible.
Estamos convencidos de que la construcción de un sindicato independiente de las gestiones universitarias y de cualquier gobierno o partido político es el punto de partida imprescindible para trabajar en pos de esa transformación. Por eso apostamos al fortalecimiento de la AGD-UBA y CONADU Histórica como herramientas gremiales legitimas para la lucha por nuestros derechos. Pero ese fortalecimiento sólo puede darse si tenemos capacidad de contener y poner en diálogo las distintas corrientes y orientaciones políticas de los docentes de la UBA; si día a día más y más compañeros/as sienten como propia la gremial y no como el instrumento de tal o cual organización política; si somos capaces de intervenir gremialmente en un conjunto de problemáticas político-académicas fundamentales para nuestro trabajo y que no se agotan en el salario o el aumento de presupuesto. Entendemos que la actual conducción muestra serías deficiencias (o escasa voluntad política) de avanzar en estas tareas, para nada sencillas claro está. Es por eso que vemos necesario un cambio y que a partir del diálogo con muchos/as compañeros y compañeras entendemos que ese cambio hoy es posible. Vamos por una AGD más plural, más participativa, vamos por más democracia sindical. Vamos con Docentes por el Cambio.
Algunas propuestas
Les acercamos algunas de nuestras propuestas para el debate:
- Campaña por la regularización salarial. Ni trabajar gratis, ni cobrar menos de lo que nos corresponde.
Muchos/as compañeros/as se ven obligados a trabajar por años sin percibir salario y sin tener claridad sobre los plazos, términos y condiciones en los que recibirán sus remuneraciones; otros/as que tienen la posibilidad de acceder a un salario, muchas veces cobran menos de lo que  corresponde a sus cargos y dedicaciones. Lo anterior se da en un marco en el que se supone que los docentes debemos realizar investigación, pero en el que la carencia de dedicaciones exclusivas y semiexclusivas y la ausencia de recursos elementales hacen que en la práctica esto no pueda garantizarse. Desde el gobierno nacional y las autoridades universitarias esta vergonzosa situación de miles de personas trabajando de manera gratuita ha sido completamente naturalizada. Desde la mayoría de nuestras propias gremiales la lucha por el salario adecuado a nuestras funciones no viene siendo un eje central en los últimos años. Los Docentes por el Cambio, tomando el ejemplo de la AGD-FFyL conducida por la Lista Violeta, proponemos el lanzamiento de una campaña en toda la UBA por la regularización salarial hasta terminar con el trabajo gratuito en nuestra universidad. En ese marco planteamos también la exigencia inmediata a las autoridades universitarias de ART y obra social para todos/as  los/as compañeros y compañeras.    

- Docencia: Ingreso y permanencia
Otro de los aspectos que hacen a la precariedad docente es la falta de reglas claras para el acceso y permanencia en nuestros trabajos y la gran inestabilidad que esto supone. Necesitamos discutir con una amplia convocatoria los reglamentos para el ingreso, la permanencia y la promoción en el marco de una auténtica carrera docente (atendiendo a las particularidades de cada unidad académica y reconociendo el peso que hoy tiene la condición de docente interino). La situación actual está plagada de arbitrariedades y se presta a la más completa discrecionalidad por parte de las autoridades y de quienes dirigen las cátedras. Los concursos, único instrumento contemplado en el Estatuto de la UBA, resultan cuanto menos insuficientes para atender esta situación. En primer lugar porque los mismos no se realizan o se realizan en condiciones propicias para los favoritismos políticos y las manipulaciones. Para evitar estas arbitrariedades, proponemos mecanismos de participación activa de un claustro único docente en una elección más democrática de jurados y la existencia de veedores gremiales. En segundo lugar, porque el concurso puede ser una instancia idónea para el ingreso pero no necesariamente es la única ni la más adecuada para la permanencia y promoción. Las grandes trabas que el CIN pone a la discusión de estas cuestiones en el marco de la paritaria docente nacional son un indicador de la magnitud de la movilización que debemos generar para lograr avances en este plano. Proponemos impulsar el debate en todas las unidades académicas para formular una propuesta con el más amplio consenso posible que atienda a los criterios de equidad en el acceso, formación y capacitación, estabilidad laboral y posibilidades de desarrollo de carrera, y calidad en la enseñanza y producción de conocimiento.   

- Transparencia y debate democrático en la asignación de recursos.
Está claro que nuestra universidad sufre un desfinanciamiento estructural, que no ha sido revertido por el actual gobierno y que el rectorado gestiona el escaso presupuesto de manera clientelar y mercantilista: se premia a los decanos amigos y se aprovecha la escasez del financiamiento estatal para promover la entrada de capitales privados. Junto con el reclamo por mayor presupuesto debemos exigir un debate amplio y democrático para una asignación transparente de los recursos.  No es posible que cuando en una facultad aparecen algunos pocos recursos para nuevos salarios precarios no haya criterios de asignación claros y estos se distribuyan de manera arbitraria por parte de las autoridades. En este punto también apoyamos y proponemos retomar el planteo de la CD de AGD – FFyL.

- Por un gremio que promueva el debate político y académico.
Venimos sosteniendo desde hace tiempo que una intervención gremial integral debe contemplar los aspectos académicos e ideológicos que son esenciales en nuestras condiciones de trabajo. Esto supone una gama de iniciativas que va desde la intervención en las discusiones respecto de las reformas de los planes de estudios, pasando por la promoción de instancias de debate e intercambio político y académico entre pares, hasta la edición de materiales bibliográficos. En este último sentido nos parece que un gran aporte sería la edición de una revista de debate teórico y académicos sobre diversas problemáticas universitarias y extra-universitarias impulsada por la AGD-UBA. Esta publicación no buscaría reemplazar la edición del periódico gremial sino, muy por el contrario, estaría pensada como un dispositivo complementario que contribuya a profundizar el debate.

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